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El retrato femenino como reconexión del ser.
Serie IV
Para mi, el retrato femenino es la forma más pura de visibilizar a la mujer libre y soñadora, que enfrenta la vida con actitud y perseverancia frente a toda situación. Me gusta mostrar una mujer intensa, sin miedo a los cambios; una mujer que se adapta a las diversas situaciones, pero que sin embargo, resiste internamente a sus propias luchas, se protege segura entre sus colores y miradas, se adapta frente a los períodos críticos de su vida, y frente a todo, es amable consigo misma.
Cuando enfrentas una enfermedad que puede arrebatarte la vida, como en mi caso fue el CC (cáncer cervicouterino) tu historia se quiebra, se quiebra tu feminidad y por sobre todo, se quiebra tu estabilidad. El extirpe de la carne viva se vuelve latente y te entregas. En algún momento, muere algo de ti. ¿Cómo encontrar(te) entonces tu propia carne, tu propia fibra?
El retrato entonces pasa a ser el medio para reconectar(me) con mi ser, pero necesitaba vincularme con el material preciso para poder entregarme al arte, un material que fuese especial y único, versátil y con vida.
En mi pintura el óleo es reemplazado por fieltro natural (fibra natural proveniente de la oveja), el cual es materia prima viva, que tiene la facultad de cambiar en texturas y contexturas. El pincel, es reemplazado por la aguja especial de fieltro, la que puntada a puntada une a esta materia viva y crea una reconexión entre fibras.
Así como la mujer es fibra viva, el fieltro también, adaptándose a los cambios de temperatura, pudiendo incluso provocar cambios en su aspecto y texturas. Así como la mujer en sus luchas internas resiste sus miedos, el fieltro resiste al calor y protege de la luz. Así como la mujer se adapta a diferentes circunstancias de la vida, el fieltro en su composición de fibra, se adapta en su elasticidad. Así como la fibra de la mujer se une por medio de una aguja en el quirófano, provocando así un trauma en la fibra, el fieltro en su fibra se une por medio de la aguja para crear algo nuevo.
El ser artista textil me hace vibrar en todo momento, porque en mis manos tengo vida, y a su vez represento vida; una vida libre, siempre en observación y en comunidad con mis propios miedos y anhelos; emociones y sensaciones.
Profesora de Artes Visuales, fotógrafa y artista visual textil.
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