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En la profunda oscuridad de mi mente,
la ira se agita como tormenta furiosa,
devorando la paz en su voraz corriente,
como león hambriento en busca de presa odiosa.
La serpiente enroscada en mis pensamientos,
sus fauces venenosas me atormentan,
siento arder mi corazón en tormentos,
en la cárcel de la ira que mi alma atentan.
Oh, ira despiadada, ruina de mi ser,
en tu fuego me consumo con frenesí,
pero al final, el vacío me hace temer,
la pérdida de la luz que un día conocí.
Mi corazón arde como un volcán en erupción,
la furia crece sin control ni medida,
consumiendo mi ser en cruel confusión,
ahogando la razón en su espiral de ira desmedida.
Oh, impía ira, enemiga insaciable,
tu abrazo ardiente sofoca mi llanto,
pero al final, la paz se torna frágil,
dejando un vacío en mi ser quebranto.
En la sombra de mi ser te enfrento valiente,
buscando la luz que disipe tu sombra,
luchando contra ti, enemigo recurrente,
buscando la paz que en mi alma asombra.
Que la calma y la armonía sean mi guía,
que la ira se desvanezca y se aleje,
que vuelva la paz en mi vida, en alegría,
que mi alma encuentre en la serenidad su trayecto celeste.
Ver más información de wayhok Eduardo Caballero Gómez de la Mata