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En esta obra, he fusionado el impresionismo con el realismo para capturar la robusta elegancia del puente y la vivacidad del viejo barrio que reposa bajo su sombra. Utilicé óleo para intensificar los tonos suaves del río y los tejados encendidos por el sol del atardecer, invitando a quien la observe a sentir la tranquilidad y el paso del tiempo junto al murmullo eterno del agua. Esta pintura no solo embellece el espacio, sino que añade un sentido de historia y cultura inquebrantable.
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