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Oleo sobre lienzo
Esta obra mágica transporta al espectador a un florido campo de amapolas, donde una mujer pasea con gracia y libertad. La paleta de colores vívidos evoca el entusiasmo del verano y la belleza del paisaje rural. Las delicadas transparencias del vestido agregan un etéreo sentido de movimiento y ligereza, mientras el cielo acentúa el sentido de apertura e inmensidad. La pintura celebra la alegría, la serenidad y la conexión con la naturaleza.
Desde niña quise ser pintora. Es algo maravilloso ser capaz de crear y transformar la materia en una obra de arte , trasmitir mis emociones y conectar con las personas a través de mis obras.
Me inicié en la pintura de una forma realista pero ha ido evolucionando hacia trabajos mas abstractos y expresionistas
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