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En esta obra, Mercedes Gordo captura una atmósfera tranquila y misteriosa a través de tonos fríos que evocan calma y profundidad. El cielo tormentoso se refleja en el lago, mientras que las montañas y el follaje enmarcan la escena. La combinación de agua, cielo y vegetación crea una sensación de serenidad armoniosa, invitando al espectador a viajar por un paisaje primaveral que parece fuera del tiempo.
Desde niña quise ser pintora. Es algo maravilloso ser capaz de crear y transformar la materia en una obra de arte , trasmitir mis emociones y conectar con las personas a través de mis obras.
Me inicié en la pintura de una forma realista pero ha ido evolucionando hacia trabajos mas abstractos y expresionistas
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España
