© Todos los derechos reservados
Al ritmo de la tierra es una pausa en medio del ruido. Esta obra honra la forma en que solíamos vivir: más cerca del suelo, del otro, del tiempo verdadero. Cada detalle —las casas de madera, las montañas al fondo, las voces que se cruzan sin decir palabra— nos invita a recordar que lo importante no siempre se anuncia, a veces simplemente se habita.
Las texturas del paisaje, la ropa, los gestos cotidianos y la arquitectura que abraza el entorno revelan una historia tejida con días lentos y pasos firmes. Aquí, el tiempo no se corre: se camina. Esta escena no es un pasado lejano, es una verdad que aún vive en quien decide mirar con calma. Hay algo eterno en la forma en que la vida se despliega cuando se la escucha sin apuro.
Tener esta obra en tu espacio es traer la presencia de lo esencial, la raíz y la quietud interior. Al contemplarla, algo en ti se alinea con el compás natural de la vida. Es una invitación a volver al cuerpo, a la tierra, y a recordar que también dentro de ti existe un ritmo que no puede ser apurado.
De ingeniero a artista: un viaje de pasión y reinvención.
Ver más información de JORGE RICARDO VELASQUEZ ALVARADO