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Los puertos dan un riquísimo juego natural de brillos, reflejos y luces en un constante roce o coqueteo entre las duras líneas de la ciudad y la sinuosidad de la naturaleza.
En este caso, presté atención a la paleta de colores que ofrecían los cascos de los barcos en una armonía perfecta en cuanto a lo pictórico.
Nacido en San Sebastían-Donostia
Me gradué en la Escuela de Arte y Decoración. Y, desde entonces, casi toda mi experiencia se extiende en una buena parte del mundo, tanto viajando como trabajando.
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