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La calidez y el ambiente de la costa mediterránea se recrean en este lienzo utilizando una paleta de colores claros fuertemente apoyada por el uso del rojo brillante presente en todo el lienzo. El autor de esta composición parece haberse inspirado cromáticamente en el expresionismo alemán. La costa del Cabo Formentor en la isla de Mallorca, que se muestra aquí, es un paisaje de ensueño y una fuente ideal de inspiración para los pintores. Este cuadro tiene una marcada perspectiva a la derecha de la composición y apoyada en el camino costero y los pinos así como sus sombras. La mirada del espectador se ve conducida a seguir el camino que desciende hacia la playa. Las líneas (bordes del camino y la playa al fondo) están reforzadas en rojo brillante. La impresión de calidez se transmite por el contraste de las sombras de los pinos que bordean el camino. A la izquierda del lienzo, en primer plano, se ha cepillado toscamente una vegetación típicamente mediterránea, densa y salvaje, con algunas flores rojas. La línea clara ubicada aproximadamente en el centro del cuadro representa la playa de arena al pie del terreno montañoso que se encuentra en esta isla. Las montañas del fondo tienen tonos azulados y malvas. El mar está en calma; apenas agitado por unas cuantas olas y alegrado por dos pequeños veleros. Algunos reflejos azul turquesa claro sugieren las olas. El resto del agua es de un azul intenso. Las agujas de pino están representadas por numerosas manchas de colores que alternan entre claros y oscuros y contribuyen significativamente a la iluminación de este cuadro. Los troncos de los árboles, rayados con algunas pinceladas de color rojo vivo, contrastan con los verdes de las copas de los pinos y calientan aún más el ambiente. La sencillez de las formas y el contraste de colores caracterizan esta composición.
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Francia
