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En "Añoranza del Viejo Puerto," nos sumerge en una escena nostálgica que evoca la belleza y la melancolía de un puerto antiguo. La obra captura la esencia de un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde cada piedra y estructura cuentan historias de marinos y viajes lejanos.
El puerto se extiende frente a nosotros, con sus muelles de madera desgastada y un velero anclado en aguas tranquilas. Las estructuras de madera envejecida por el paso de los años, añaden un carácter auténtico y una sensación de historia.
La paleta de colores utiliza tonos suaves y apagados, que enfatizan la sensación de tranquilidad y nostalgia. La luz del crepúsculo baña la escena en un resplandor de azules, creando sombras largas y suaves que dan vida a cada rincón del puerto. Al fondo se divisa el horizonte del mar, con sus aguas que se mezclan con el cielo en un tono azul sereno. Las gaviotas vuelan en el cielo, añadiendo un toque de movimiento y vida a la composición.
"Añoranza del Viejo Puerto" invita al espectador a reflexionar sobre la historia y la tradición que habitan en lugares como este. Es una obra que evoca una profunda sensación de nostalgia y aprecio por los lugares que han sido testigos de innumerables historias y aventuras marítimas a lo largo del tiempo. Esta pintura es un tributo a la belleza eterna de los puertos y a la añoranza que despiertan en nuestros corazones.
Marta Coley es una mujer colombiana, enfermera por profesión y pintora de corazón.
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