La obra muestra a una joven que apoya la cabeza sobre su brazo. La figura parece estar en estado de reposo o de sueño. El trabajo del pincel es expresivo, con trazos gruesos y dinámicos que añaden textura y profundidad a la composición. La paleta de colores es relativamente apagada, con tonos de gris, azul y toques de rojo en las mejillas del individuo, lo que sugiere un rubor de vida en medio de los tonos fríos. El fondo es algo abstracto, lo que permite que el foco permanezca en la figura. Hay un juego de luces y sombras que le da a la pintura una sensación tridimensional. El artista ha firmado la obra en la esquina inferior derecha.
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