© Todos los derechos reservados
La arquitectura habla consigo misma, mirándose al espejo, sonríe, tiembla… El entorno entra en la arquitectura, la realidad se distorsiona y se mimetiza. Retrato del Neuer Zollhof, obra de Frank Gehry en Düsseldorf.
De vez en cuando, siento la necesidad de plasmar mis estados de ánimo, después de grandes reflexiones. La pintura digital me da la posibilidad de expresarme, incluso me ayuda a comprender la vida y cómo me comporto ante las circunstancias.
Ver más información de Marta Buendía Rey