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Alegoría a los estados naturales del ser humano más puros en el sentido de que sus actos o pensamientos no pueden ser adornados o manipulados a la hora de proyectar una imagen exterior.
El sueño es elegido por la autora como representante de la garantía de autenticidad del acto ausente de apariencias.
En el cuadro se representa a Hipnos, dios del sueño, encarnado en hombre, hermano gemelo de Tánatos, dios de la muerte no violenta. Lleva reloj como atributo que apela al paso del tiempo que hace mella también en él como hombre que aquí es.
Siempre me ha interesado la figura humana y el comportamiento humano, especialmente visto desde su lado psicológico.
Algunos años después, desarrollé un interés por la pintura mural y realicé algunos proyectos.
Sin embargo, la pintura al óleo siempre ha sido la técnica más interesante para mí, y sigo trabajando en ella.
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