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Acrílico, vinilo y resina sobre lienzo de 30x30cm.
Esta pieza, de mi colección "ART-COACHING, el arte que transformará tu vida", trata sobre la idea de que la felicidad la da el progreso, pero el progreso hay que forzarlo.
Este es un trabajo interior que podríamos calificar como “contra natura”, pues el expandirnos conlleva la inevitable aparición de continuos problemas. Por es importante un seguimiento y una tutorización externa, que nos empuje a avanzar, recordándonos hacia dónde vamos y el porqué de nuestro camino.
En esta pequeña pieza se acentúa la importancia de la figura del “coach”, presentado con una imagen un tanto hierática, fuerte e inflexible, indicándonos dónde está la meta.
Esta figura entra en contraposición con la de una mujer de cierta edad, que se utiliza como un símbolo del hastío y como representación del momento en el que las fuerzas parecen flaquear.
Se trata de un momento en el que la mirada se dirige ya más hacia el pasado en vez de hacia las metas, más hacia el peso de las pérdidas, las heridas y el propio paso del tiempo, que parecen lastrar y tirar de nosotros de forma inevitable. Esto es debido, según la evidencia científica, al instinto de protección de nuestro cerebro para crear una “zona de confort” de la que nos parece cada vez más difícil salir.
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