Sobre su cabeza la hermosa mandinga, lleva un canasto con el producto de su huerta al mercad, e intercambiarlo por carne, leche y huevos.
Información del artista
Artista plástico con discapacidad visual permanente, comemcé a pintar a los 58 años cuando la neuritis me encarceló y la pintura me liberó. No retrato el mundo, plasmo lo que me sale del alma.