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Faltan tan sólo unos pocos segundos para que salte al ruedo el toro que le tocó en suerte, y el torero despliega su capote imaginando lances, antes de plegarlo de nuevo y, tras el burladero, esperar a su destino. Por el bordado de la taleguilla, nos es fácil reconocer al protagonista del cuadro, en este caso, el maestro Ponce. Obra inspirada en fotografía original de Verónica Sierra
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