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Este cuadro captura la nobleza y lealtad del pastor alemán con una intensidad conmovedora. Dibujado a mano en tiza y pastel blanco sobre cartulina negra, cada detalle resalta la elegancia y fortaleza de esta majestuosa raza. La expresión serena y alerta del perro transmite una mezcla de calma y valentía, mientras que el contraste entre la luz y la sombra añade profundidad y realismo a su mirada penetrante. Este retrato invita al espectador a conectar con el alma del animal, evocando respeto y admiración por su espíritu leal y protector. Un tributo intemporal a la lealtad canina.
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