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Elegante y rústica escultura realizada con madera maciza de encina, arcilla, acrílico y barniz.
Medidas: 40(L)x18(A)x21(P)cm
Simboliza la conexión intrínseca entre humanidad y naturaleza, mostrando cómo emergemos de ella y somos parte de su esencia.
Las figuras humanas que nacen del tronco reflejan nuestra dependencia vital del entorno natural, recordándonos que nuestra existencia está profundamente ligada a su bienestar.
Los colores tierra, verdes y dorados evocan un mensaje de esperanza y regeneración, invitando a reflexionar sobre el cuidado del medioambiente y nuestra responsabilidad hacia el futuro del planeta.
Es una metáfora poderosa de que, al igual que estas figuras surgen del tronco, nuestro futuro depende de volver a nuestras raíces y proteger el equilibrio natural.
Esta obra transmite esperanza y contemplación, aportando un aura de introspección y renacimiento a cualquier espacio.
Elena Barón es una artista apasionante, talentosa y polifacética (pintura, escultura y fotografía) que ha expuesto su extensa obra en numerosas exposiciones , tanto nacionales como internacionales, como en el emblemático Palacio Kursaal de San Sebastián o en Nueva York. Y sus piezas se encuentran en colecciones privadas de todo el mundo.
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