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Lo que se pretende en esta obra es dar valor al mismo material (mármol), que nos proporciona la naturaleza, mostrar esa belleza del mármol cuando se le saca el brillo.
Se ha representado un torso masculino, de formas simples, centrándose en la abstracción, dando pie a la imaginación sin buscar el realismo.
En la parte trasera de la obra se ha dejado constancia de dos huellas:
La huella de la acción del hombre sobre el mármol con la llamada la técnica de las cuñas, que primeramente se perforan una serie de agujeros en línea recta sobre el mármol, para luego colocar unas cuñas que por medio de golpes de mazo se consigue partir el mármol. Es el método tradicional para partir bloques de una forma sencilla.
Siempre me gusta dejar este tipo de huella para que se pueda observar el proceso que se sigue desde que el mármol sale de la cantera hasta el museo.
Y la huella de la naturaleza, dejando el mismo mármol natural sin modificar ni manipular.
En conclusión, en la misma obra hay representadas tres huellas: la del artista, la huella del hombre partiendo el mármol y la huella del mismo mármol natural.
Las claves fundamentales en la obra de TOUMA, es la creación de incisiones a través de la técnica del tallado directo, que penetran en el volumen de la obra creando un diálogo entre la masa y el vacío. Una de mis obsesiones es la constancia y el empeño en las formas curvas, inspiradas tanto en el cuerpo femenino como en las curvas que surgen por casualidad en la naturaleza. Las formas de mis obras son sencillas, puras, ordenadas y limpias, donde combino curvas y espacios buscando una fluidez con ritmos y gestos que consigo retorciendo y creando huecos en la materia, obteniendo un lenguaje de formas orgánicas y abstractas.
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