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Pertenezco a una generación de la década del 70, creo que es llamada Generación X. Nosotros fuimos la primera generación que creció en una sociedad de consumo en la que ya se había consolidado e introducido con éxito la televisión como un canal de comunicación de masas a distancia. No pretendo analizar las implicaciones que esto llego a tener, ya que excede el alcance de esta exegesis. Únicamente diré que nuestra generación probablemente fue la primera que fue criada - en buena parte- por la televisión. ¿Cuántas horas pasamos frente a ella al día? Probablemente más horas de las recomendables.
Se trataba de una oferta televisiva con contenido disponible para el consumo gratuito, hoy sabemos que este modelo “gratuito” es una combinación inseparable entre circo y marketing comercial. Un coctel de estímulos altamente potentes, aunque rudimentarios cuando se comparan con las fórmulas algorítmicas y adictivas de las redes sociales actuales.
El dibujo muestra un grupo de humanos en edad adolescente. Abrazaran unos polígonos que tienen antenas para recibir la señal o frecuencias de ondas. Las geometrías poligonales representan pantallas de televisión. Los adolescentes desarrollan una relación inseparable con las pantallas de televisión.
La relación entre la máquina y el cuero biológico. Un tipo de matrimonio que conduce a la fusión cibernética. El nombre para estos personajes es TEVITOS. Los pobres Tevitos están grapados a los monitores, lo que es utilizado para simbolizar la adicción desarrollada.
Las pantallas llevan puertas, esta metáfora simboliza que cada terminal es la puerta de entrada a una avalancha repleto de mensajees adoctrinadores. Un océano inmenso y homogéneo contenido ideológico.
La exposición sistemática de los Tevitos a este pensamiento domínate les vuelve intelectualmente dependientes, los Tevitos son desgraciadas criaturas en una posición pasiva (espectadores o audiencia), que se han vuelto prisioneros o cautivos. Al adquirir un nuevo sistema de pensamiento, son condicionados, y privados del pensamiento crítico y de su libertad, por lo tanto, sus pies están atados.
Los ocho rostros tienen bocas, pero ellas no sirven para hablar, ya que practican un consumo unidireccional enfermizo, no hay resonancia o retroalimentación. Las bocas son hocicos formados para succionar contenido audiovisual.
Por último, puede percibirse el fondo del dibujo, en segundo plano, la figura de otro terminal de televisión, de forma muy tenue y pálida. Una figura tan conceptual como pictográfica, para insinuar y sugerir que los Tevitos están “dentro” de la televisión.
Aunque este dibujo no lo desarrolla, cabe añadir los siguiente: Podemos imaginar una correspondencia, donde la televisión es un órgano ramificado compuesto de innumerables terminales, como un único cuerpo con múltiples cabezas (multicéfalo). Esta imagen tiene una representación análoga en el mito arcaico griego de Hidra de Lerna, un despiadado monstruo acuático ctónico con forma de serpiente policéfala.
La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era amputada. Según Rene Guirard, en este atributo de repetición imparable de las cabezas de la Hidra, se ve claramente un ejemplo del mecanismo del “deseo mimético”. Bien podemos extrapolar esta idea, e imaginar a la televisión como una Hidra moderna, y responsable de alimentar el deseo mimético en los Tevitos.
Pero esto último ya esto motivo de otro dibujo.
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