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En los primeros años de este siglo XXI, fui testigo directo de un movimiento migratorio. En esos años de bonanza en España, en los que parecía que todo era posible, parecía ser un país que había dejado ya definitivamente los fantasmas atrás, y se había embarcado finalmente al tren del desarrollo. Se transmitía en el aire el espíritu de una sociedad en un estado de gracia, y bienestar, en la que todos podían tener la certeza de que no se volvería nunca a esas miserias y penurias de los siglos precedentes.
Entre toda esa abundancia, esa promesa de progreso, brillaba España tanto como para tentar a africanos, europeos del este y especialmente a americanos (hispanos). España era un imán, y más que eso un enorme portal, por donde entraban miles de inmigrantes extracomunitarios, y que una parte de ellos prolongaban su ruta hacia los países del centro y el norte de Europa.
En el dibujo se representa un flujo paulatino, imperceptible pero constante. El reloj de arena, simboliza ese “by pass”, para enfatizar ese cuello de botella que regulaba esa entrada incesante que por una parte llenaba a Europa de extranjeros y por otro lado vaciaba a países americanos en crisis que vivían una diáspora. La arena del reloj, representa y simboliza a la gente, que no desaparece, solo se desplaza y cambia de lugar, como hace la energía según las leyes de la termodinámica.
Los relojes también indican y añaden la dimensión de tiempo, para señalar que los fenómenos migratorios son un proceso pasajero y transitorio. Además, el reloj de arena se ajusta bien a la condición de bidireccionalidad de las migraciones. Son dos caras de la misma moneda. Al igual que el reloj de arena, se le puede dar la vuelta, y la dirección de los flujos puede invertir. Y es eso exactamente lo que sucedió en la crisis de 2008, cuando los españoles se vieron en la necesidad de emigrar principalmente a países americanos.
La unificación de los dos continentes en el reloj de arena, se resuelve uniendo Nicaragua (Centroamérica) con Galicia (España).
El color azul corresponde al color representativo la comunidad europea y su espíritu.
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