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Aparece el busto de un hombre vinculado a una copa de vino a través de una especie de cordón umbilical que parte del tercer ojo.
Muestra con ello una estrecha relación con el alcohol que suplanta todos los profundos afectos y da cabida a las frustraciones.
La vinculación a la bebida sustituye a la de la madre, padre, pareja, hijos, hermanos, familiares en general, amigos, relaciones laborales etc.
Le aisla y le sumerge en la soledad, miseria espiritual a la vez que le somete a una situación de dependencia y esclavitud respecto al vino. Pierde su libertad y la capacidad de pensar por sí mismo, de dirigir su vida y responsabilizarse de ella. Forzosamente es excluído de su entorno familiar, laboral, así como de la consideración de sus relaciones. Él con sus propias conductas guiadas por el alcohol ha propiciado su situación de marginamiento. El entorno le hace de espejo de lo que ha ido sembrando: su propia degradación moral.
El tercer ojo significaría la conexión con la intuición y por ende con su ser interno. El vino ha sido utilizado en cultos religiosos, lo que significa que usado con moderación activa la conexión con el plano espiritual. Sin embargo cuando se establece una dependencia total de él y se le sustituye por el afecto o personas a quien dirigirlo, bloquea el sentimiento destruyendo al propio individuo, en consecuencia, sus relaciones y entorno.
La bebida supone una especie de capa aislante que le distancia de quién es, es decir de su esencia, así como de sus sentimientos, dolor y miedo. Le adormece, le anestesia; para no sentir dolor, no siente tampoco el fluir de la vida. Pasa por ella como una especie de cadáver, sin apreciarla, ni quererse enterar de que existe. Tal vez preferiría morir antes que enfrentarse a ella. Tiene miedo a la vida y a la muerte por ello prefiere dormir, pasar por la vida aletargado. Con su actitud propicia el acercamiento a la muerte física y anímica. Pierde la pulsación por el fluir de la existencia, deteriora la salud de su cuerpo y de su alma. La anestesia a la que está sometido no le permite crecer espiritualmente, enfrentándose a sus problemas, asumiéndolos, resolviéndolos o aceptándolos. Pretende ignorarlos como si no existieran. Al no querer verlos, no puede desarrollar recursos para transformarlos en materia de aprendizaje. Por el contrario los acentúa sumiéndose en una especie de círculo vicioso. No los ve, no los asume, los aumenta, bebe más, discierne menos, merma su capacidad de resolución de conflictos internos y externos.
LO IMPORTANTE NO ES EL PROBLEMA SINO COMO SE POSICIONA EL INDIVIDUO ANTE ÉL. Huir o enfrentarlo. Vivirlo y hacerlo aliado, cómplice de la propia evolución interna, de la experiencia personal. Crecerse internamente cuando se sabe resolver o mostrar la grandeza de espíritu cuando no se sale victorioso, cuando se sabe y se tiene el valor de aceptar perder. UN TRIUNFADOR NO ES QUIEN MÁS CAUTIVA, EN CAMBIO ALGUIEN QUE SABE COMPRENDER LAS DERROTAS PROPIAS Y LAS AJENAS MUESTRA SU DIMENSIÓN HUMANA.
Existen unas determinadas vivencias que la vida pone delante. A veces se tiene acierto para resolverlas y en otras ocasiones no.
Sin embargo es preciso reconocer que quien sale de una dependencia realiza un salto evolutivo para lo que es necesario una gran fuerza de voluntad, fe en sí mismo y en la vida.
La BEBIDA supone una válvula de escape, un medio de reprimir recuerdos o sentimientos.
El embotamiento de la conciencia supone UNA FORMA DE SUICIDIO, lenta y progresiva, conlleva, por tanto, a la AUTODESTRUCCIÓN PERSONAL.
En regresiones se ha comprobado que quienes presentan adición a la bebida habían optado por el suicidio en una vida anterior, como forma de evitar enfrentarse a problemas que les hacían sentirse desbordados, sobre todo difíciles relaciones familiares. Ellas marcan al individuo en su infancia y posteriormente se repiten sus pautas.
Dichas relaciones familiares se presentan como dificultosas por falta de habilidad para comunicarse, para saber convivir de manera armoniosa. Ambientes dominados por gritos e incomunicación en los que se adoptan posturas poco evolutivas, con frecuencia egoístas y carentes de empatía.
Suponen un constante círculo vicioso de autodestrucción que se retroalimenta a sí mismo preso de las dependencias familiares generadas, con frecuencia, por factores económicos.
Salir de este tipo de relaciones supone observar dichas pautas de comportamiento para tomar consciencia y poder hacerse libres. Requiere fuerza de voluntad, fe y confianza en los propios recursos personales.
Puede suponer caminar en solitario, es decir al margen del ambiente familiar pero con la libertad que conlleva el no depender de los demás, ni devolverles la misma ignorancia que generan.
Liberarse de estos ambientes familiares enfermizos supone, para empezar, ser materialmente independiente y, sobre todo, de criterio así como tener actitudes de generosidad y empatía para romper esquemas familiares de autodestrucción.
La clave principal radica en la INDEPENDENCIA ECONÓMICA Y PERSONAL y en la fe absoluta de que se puede conseguir. Los obstáculos que desde el ambiente familiar se den suponen acrecentar la creatividad personal y el desarrollo de las capacidades para lograr lo que se ha venido a realizar en este plano de existencia.
El borracho representa cualquier tipo de adición. En la base pueden encontrarse relaciones familiares difíciles, vividas desde la infancia e intensificadas en la adolescencia. La falta de comunicación o una comunicación inadecuada en la que no se produce la escucha o se expresa a través de emociones exaltadas pueden propiciar el aislamiento o la búsqueda de compañías inadecuadas que generen refugiarse en adiciones: alcohol, droga, juego, sexo etc.
Se impone tomar consciencia de los apegos que están creando malestar y ver qué actitudes se tienen frente a ellos. Si se da una huída y refugio en cualquier tipo de adición. Puede darse incluso una adición al trabajo. Con frecuencia un padre de familia que no ha desarrollado habilidades para enfrentarse a los problemas emocionales de su esposa o hijos puede manifestar una dependencia del trabajo como medio de aislarse de lo que le desborda emocionalmente.
Las adiciones pueden darse en cualquier clase social, a cualquier edad y de cualquier tipo.
Se invita a observar qué es lo que en este momento le genera algún tipo de dependencia para poder contrastarlo, ver su origen y buscar medios para afrontarlo.
Expresar sentimientos es importante pero no siempre se encuentra la persona o momento idóneos para ser escuchados. En cambio sí que podemos siempre mostrar nuestra predisposición a ESCUCHAR. Solo depende de nuestra voluntad. Cuando se lleva a término es posible desarrollar la empatía. Solamente cuando podemos ponernos en la piel de otra persona podemos comprenderla. Probablemente sea la vía más fácil de resolución de conflictos. Escuchar desde el corazón.
En ocasiones se está pensando de antemano lo que se va a decir estableciendo pulsos de dominación con el "contrincante" y queriendo llevar razón a ultranza, dejando que impere el ego sin darle espacio a la verdad. Escuhar desde el corazón supone tener en cuenta las razones y sentimientos de los demás así como la generosidad de concederles espacio para expresarlos.
PODER ESCUCHAR A LOS DEMÁS SUPONE PODER ESCUCHARNOS A NOSOTROS MISMOS, ATREVERSE A ENTRAR EN EL PROPIO MUNDO EMOCIONAL QUE A VECES ENTURBIA EL RACIOCINIO Y BLOQUEA EL SENTIMIENTO.
¿Cómo escucharse a sí mismo, salir de las trampas de la mente y del ego para encontrar solución a los conflictos? Realizando PAROS, entrando en un espacio de calma mental que permite salir de la mente y ver con claridad las situaciones. Es probable que a veces asusten, angustien y no se quieran ver para lo que es preciso pedir ayuda al ser interno y así adquirir fuerza frente a los miedos. Si los contrastamos acaban por desaparecer. Cuando los miedos están muy arraigados y no se quieren ver o se ha entrado en un estado elevado de dependencias puede ser útil la ayuda de un profesional que guíe de cerca. Sin embargo, no sustituye a la implicación personal, la voluntad de cambio y la fe en que si se quiere una transformación personal se puede conseguir mediante la perseverancia.
La meditación y el ejercicio permiten despejar la mente y ver con claridad.
C.Luelmo
Mercedes Reverte nace en Barcelona en 1964. Es autodidacta, a pesar de haberse formado en el estudio de la pintora Teresa Farrés. Es miembro activo de Firart en sus inicios y realiza diversas exposiciones individuales en FNAC, EMD de Valldoreix, Antigua estación de RUBÍ, Versión Original, etc.Se gradúa en Psicología en el año 2016 y se especializa en Autoliderazgo y Conducción de Grupos, Estimulación Cognitiva y Psicoterapia breve estratégica. Todo ello le permite cambiar la visión actual del Arte, puramente contemplativa por una visión de comprensión.
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