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Serie LA UTOPIA
Esta pintura representa la exploración del interior y el exterior de uno mismo, además de la pregunta hacia el mundo, sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y como nos ven los demás. O más bien como creemos que nos ven los demás.
Es un rostro que mira sorprendido su propia distorsión, quizás reflejada dentro de un espejo, o simplemente en otro estadio de él mismo.
Hay un precioso ejercicio de equilibrio y juego entre el color y las lineas, que tratan de seducir al espectador hacia ciertos lugares dentro de esos rostros, son la mente y la consciencia.
De su escenario en la naturaleza, aparece el rostro concreto dentro de la semilla, que flota en el agua de un río, el cual nos conduce hasta la base de una escalera que asciende de manera piramidal sin decirnos más.
Al salir y mirar la pintura en su totalidad, nos encontramos con una clara división, dos partes, derecha e izquierda, quizás representa además lo dual del mundo, a primera vista podemos tender a pensar que la parte derecha sea mayor que la izquierda, sino fuera porque, en la parte inferior esta le mete un bocado a la otra, igualando el peso para transformarse en tierra y pasar a formar la otra orilla del río.
Como su autora os contaré que fue pintada, sin boceto previo, bajo el influjo de la inspiración, el primer año de mi retiro, en una pequeña aldea en el campo.
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