© Todos los derechos reservados
La defensa
era el guardía de los temibles
y no son ellos
- el bueno que protege tan gallardo a los débiles-
son aquello los otros
que atrincheran el vientre de pánicos azoguez
alcándara y membrana
tizne
perpetuo de los hongos de níquel
y el líder que los guía
exhibe la ensenada que se hunde en perímetros
traza de mirto asalta de metales la jaula
Al infortunio humano ninguna adarga inquieta
los agujeros hondos del cemento
ni el asturo contrachapado del boquete
No convocó los halcones el humo
ingenio de gorila
ni la hacienda que emerge al tiburón de noche
se desploma el tinglado
por el rumbo comercioy alcornoque
que se comieron luego
sus balas formidables de carne entre sus chacras
lumen
de barro como el plomo
Los madrigales
las vestales dueñas del pico de los pájaros
del olivo volaban
precipitando sobre tersos borqueles
tus besos del verano
Mira bien el envés
reflexiona el silencio el verde de una cruz
de cómo la palabra derribó las defensas
el desatino afán de los truncados
por el fuego inefable de los cielos
Pablo Bethencourt
Ver más información de Grupo Retablo PoesíaYMúsica
Críticas (0)No encuentras lo que buscas. En artelista te inspiramos
España
