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Este es un poema de Nezahualcoyotl.Nezahualcoyotl era el tlatoani de Tezcoco en la época precolombina.Tlatoani se traduciría como el gobernante,aunque no era precisamente así.Era El que habla,o sea el poeta,el sabio,el que indica el camino.Y él,desde entonces,se dio cuente de que nada era para siempre,que finalmente todo se acaba por disolver.
Por eso quí el escribe que el oro,material valioso y muy preciado desde ese entonces y hasta nuestros días,aún el oro se quiebra,no es eterno.El jade,piedra preciosa y de inmenso valor también se quiebra y la pluma del ave quetzal,su pluma tan fina y hermosa acaba por perderse algún día.¿De qué raíz hablamos los seres humanos? ¿De qué linaje,casta o sociedad presumimos? Al final,toda nuestra presencia y escencia se reune en un puñadito de cenizas.
Y sin embargo,a pesar de desgarrar nuestra frágil condición,Nezahualcoyotl decía que teníamos que resolver nuestra fugaz existencia para no dejar que el miedo y el temor hacia la vida invadiera nuestros corazones.Erradicar la congoja de el corazón,así es como lo veo yo,pues la vida es un constante ajetreo que de pronto nos atemoriza y confunde.Pero hay que sobreponerse y mirar de frente la realidad,pues sólo así,se puede encontrar la paz.La paz necesaria para enfrentarnos a la batalla de la vida...
Nací en la ciudad de México.Estudié en varios lados como el CEA y la ENAP,pero siempre he dicho que más que escuela,yo tuve maestros.Y estos son mis tres maestros a quienes debo todo en la pintura:Rosario Durán,Javier Anzures y Edgardo Kerlegand.
Desde mis inicios,hace trece años,la figura humana es la temática principal en mi obra.Añado algunos elementos por el valor plástico que les confiero.Me gusta trabajar con temáticas sórdidas y tristes,pero también la alegría y la felicidad...
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