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En la obra aparece la mujer como único personaje central.
Esta joven representa, como su título designa, a una diosa. Esta diosa protagoniza el paso del tiempo y la evolución del ser humano en el pasado y en el porvenir.
Si observamos el cuadro de derecha a izquierda se percibe esta evolución: del pasado, partes de un animal -en este caso de un leopardo- y del futuro, partes metálicas representando así la posibilidad de algún día poder llegar a convertirnos en robots. Pero principalmente contemplamos la complexión del ser humano actual: humanidad con trazas de su animalidad pasada y fragmentos férreos del futuro.
La obra está inspirada en el cuadro de Salvador Dalí \"La persistencia de la memoria\", conocida también como \"Los relojes blandos\".
El reloj central representa la conexión y la trabazón del ser humano al tiempo. Algo que pertenece a su misma esencia, de ahí que aparezca unido a su misma carne.
Asimismo podemos apreciar dispersos en la obra diversos engranajes del mecanismo de un reloj, que anuncia que esta dependencia del ser humano quedará rota, que ese tiempo se detendrá en ese futuro de metal.
La técnica pictórica es pintura acrílica sobre un bastidor de algodón. Aunque dicha técnica no permite ofrecer el mismo nivel de detalle que el óleo, observamos un dibujo realista pero a su vez con un toque de fantasía que haga reflexionar sobre el significado de la obra. Otra técnica usada ha sido remarcar con acrílico negro la silueta de la joven añadiendo a ésta más expresión.
El cuadro posee unas proporciones de 50 x 70 cm. La figura ha sido representada a un tamaño un poco más pequeño que al natural. La perspectiva de la obra es libre.
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