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¿Quién no conoce la historia de Moisés? Aquel hombre que condujo al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto a la Tierra Prometida.
El nombre Moisés significa más o menos "salvado de las aguas" y es así como irrumpe en la historia y la tradición de las tres religiones monoteistas.
Había una vez un faraón que pensó que los esclavos hebreos estaban creciendo demasiado ... Entonces ordenó que las parteras mataran a todo varón hebreo recién nacido. La madre de Moisés ideó algo para salvar a su hijo. Trenzó una canastilla con juncos, la embadurnó con barro y brea, y la depositó en la aguas del Nilo, confiándolo así a su suerte.
No sería la suerte sino Yahvéh quien determinó que ese niño habría de salvarse. Y así, una tarde en que iba la hija del faraón a bañarse en el río, la comitiva que la acompañaba descubrió la canastita con la criatura. La hija del faraón se hizo entregar el bebé y, aunque lo confió a una hebrea -que resultó ser la propia madre de Moisés- para que lo amamantara, lo adoptó como hijo suyo. Y así, llegado el momento, el niño fue reclamado en palacio. Moisés viviría a partir de entonces una vida principesca, ignorante de la tarea que Yahvéh había pensado para él desde que la historia comenzara.
Pronto empezaría para Moisés y por ende para el pueblo de Israel una epopeya singular. Quizás hablemos de ella otro día.
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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