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Nuestras personalidades pueden llegar a ser varias, tantas que en algún punto pueden juntarse y formar una nueva y compleja, tanto que incluso para nosotros mismos sea incomprensible. Los pensamientos entonces empiezan a abandonar nuestros cráneos y en un esfuerzo por ser reabsorbidos solo empezamos a formar trípodes con nuestras múltiples personalidades.
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