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Son muchas las veces, me atrevo a decir que la mayoría. En las que el pintor se para con un ataque de emociones frente a un bastidor en blanco y muchas veces sin música el sentir es tan fuerte que no hay necesidad de guía. “Coq en colere” que en francés nos traduce “Gallo arrecho” es literalmente el nombre perfecto para el cuadro. Pues no hay nada peor que estar en medio de una discusión en la cual solo sales perjudicado sin poder aportar una solución. Solo queda esperar a que esos gallos se desgarren y uno muera y quedar curando al que apenas sobrevivió”
El “reviere” nos trae consigo el cambio hiperbólico tanto físico como interior de algo que ya es. Los colores, las texturas, las pinceladas. Todo en un Reviere es lo contrario a su original. Los sentimientos parten del primero pero la sustancia no es la misma
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