La semblanza del artista
Habría que comenzar diciendo, para hablar claramente de las cosas, que estamos tratando con un degenerado de pura cepa. Sería un absurdo post-dadaista pretender describir o explicar razonablemente a un salvaje que lanza la pintura compulsivamente, como un mono arrojando sus heces desde la jaula. Como un baterista de Jazz, descomponiéndose luego del tercer trago y la cuarta raya de speed.
Venezolano por inconveniencia, y caraqueño por fortuna, ni siquiera la...
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