© Todos los derechos reservados
Mi abuela, cada noche, cuando se acostaba en su cama matrimonial se ponía rapidito, rapidito su camisón floreadito. Dice que la tapaba desde el cuello hasta los tobillos y que tenía muchos, pero muchos botoncito muy pequeñitos. Mi abuela cuenta que a veces soñaba con desnudeces de medianoche y besos que la sorprendiera. Lastima que solo soñara.
Cada una de estas obras está hecha con algún despojo de esos vestidos que las abuelas siempre quisieron quitarse.
Ver más información de Bel Amat