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Lápiz y acrílico s/papel
65x50cm
2004
Le puse La almendra a esta obra,haciendo énfasis en que al pelar la cáscara,el fruto pequeño y consistente que queda es la almendra.El recién nacido yace desprotegido y desnudo,como una almendra.Siento que en el fondo,todos los seres humanos somos como un recién nacido,frágiles y desnudos.Nos rodeamos de muchas cosas y actitudes,pero en realidad,cuando reflexionamos solos,en la oscuridad y de noche,vemos nuestra real pequeñez.
Abajo escribí la frase:Sólo vivimos para olvidar lo que vivimos.Y es que veo que muchas personas están obsesionadas con olvidar:olvidar al ser amado que ya no les ama y les causa dolor su rechazo;olvidar que se sufrio en una época de la vida;olvidar que necesitamos de todos,etc.Yo creo que si de por sí olvidamos la mayor parte de lo que vivimos,y lo poco que recordamos lo queremos ,encima,olvidar,está jodido el asunto.Esto es mi punto de vista tan sólo y no pretendo cambiar la manera de ver el mundo de nadie.
Nací en la ciudad de México.Estudié en varios lados como el CEA y la ENAP,pero siempre he dicho que más que escuela,yo tuve maestros.Y estos son mis tres maestros a quienes debo todo en la pintura:Rosario Durán,Javier Anzures y Edgardo Kerlegand.
Desde mis inicios,hace trece años,la figura humana es la temática principal en mi obra.Añado algunos elementos por el valor plástico que les confiero.Me gusta trabajar con temáticas sórdidas y tristes,pero también la alegría y la felicidad...
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