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Obra Hiperrealista muy trabajada en sus más mínimos detalles. Es un todo lujo tener la suerte de pintar una niña tan preciosa. No es ni un trabajo ni una obligación. Es un placer al estado puro. Tener el privilegio de poder robar unos instante de una postura tan natural y tan espontánea de una niña jugando con su molino de música no es una suerte que tenemos cada día. Para mi, pintar unos ojos tan preciosos fue la superación de la tecnica y de la materia para dejar nacer y plasmar para siempre la mirada de una niña maravillosa.
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