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La técnica mixta utilizada trabaja con el azar. El primer esbozo, ligeramente intuido, es realizado con carboncillo duro. La aguada de tinta, en este caso sepia, valora luces, sombras y fondo. No siempre se acierta en el toque y el dibujo puede resultar inservible. Cuando tras la aplicación de esa aguada las luces y sombras sirven para valorar partes significativas de las formas de la figura, cara, pechos, o su ropaje, el dibujo es viable y, entonces, se dan los toques de pluma que definen algún rasgo o contorno, en este caso pelo y cara. Hay veces que tampoco se acierta en la selección de elementos o rasgos a destacar y el dibujo también hay que tirarlo.
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