El pensamiento no emerge como se espera, parte de la materia ya hizo su casi nunca bienvenida presencia y el ingenio se quedó en el universo de los sueños. Los demonios ya están instalados como siempre e impiden escuchar los consejos del Yo. -No despiertes-, dijo una vez el Verdadero. Solo que a veces es difícil entender los sonidos que emite, no sabes si esta persuadiendo, felicitando o reconviniendo, por alguna actitud antes llevada a cabo. Además, los demonios se encargan de dar matices agradables a la materia y nosotros les brindamos el habitáculo perfecto para que se convierta en el círculo vicioso que está por destruirnos.
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