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La figura cálida asoma a la superficie acromática y rígida de planos duros y angulares.
En la verticalidad de la postura el equilibrio supera las desviaciones del entorno.
Así como el silencio es necesario para el sonido, en mis obras utilizo el blanco del lienzo como luz. El vacío llena e ilumina.
La filosofía Taoísta y el Budismo, así como las disciplinas Zen y el arte oriental vibran en la forma gestual de mi obra.
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