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Sobre una tela, un mantel. Se puede poner una mesa de pintura. Para luego el resultado ser un cuadro. ¿O ya lo era antes? o...¿Nunca lo ha sido y nunca será?
La señora se dedica a sus quehaceres, como buena mujer, prepara la mesa una y otra vez. Sueña en ser independiente, por eso su mesa, su mantel, es pintura. Sin embargo, no sabe pintar, y eso le gusta, porque sigue pintando para un día saber. ESE DÍA YA NO TENDRÁ GRACIA, habrà perdido toda su inocencia, ya no se sorprende. Lo sabrá todo y tendrá una vida muy aburrida.