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So perfect. Esta fotografía es realmente bella pero no me inspira a rellenar una alocada y estúpida descripción. Me eriza la piel, pero no el pelo. Me embadurna de emoción pero no de guascón. Me motiva a avanzar en mi carrera profesional, pero no en mis jueguitos adictoradioactivos psicosomáticos, emblemas de la idiotez colectiva que me encanta llevar en la sangre. Adrenalina, odio, celos, vergüenza, ganas de comprar una araña de cristal en San telmo, son algunos de los sentimientos que me surgen jugando a los jueguitos.
Por lo tanto esta foto es muy "lo que quieras" pero no es suficiente para acompañar la cordura de la locura, la incoherencia de la razón, el pelo del piojo, el moco de la nariz o el cerdo de su chiquero. El tatuaje del culo peludo de Mauro, la tinta grasa al offset, las nervaduras a la relación directa con las neuronas quemadas por, justamente una plantación de marihuana.
Paradójico. Pero real.
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