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Hoy, muy aburrida por cierto en la "clase" de Lenguaje visual, destrocé papel vegetal en la cara de mis compañeros a modo de invitación a armar un tuti-fruti. Como el mensaje no fué recibido por los pusilánimes, me decidí a hacer una escultura con los trozos.
Uno fue una tapa para los agujeros de la mesa (denuncia al ministerio de educación), otro para una flor sin tallo (denuncia a greenpeace) y otro para la máscara del maestro Yoda, sin ojos (denuncia a mi psicóloga).
El maestro tenía ganas de cantar VEngaboys, asique le hice una boca. Pero todo momento feliz termina rápido, y su mandibula fue abierta de par en par por un ser desconocido (osea yo) por ser accionista de tartas de zapallito. EStá de más decir que el maestro no tenía voz y tampoco cuerpo, pero sí era feliz. No se manejaba con monedas ni mucho menos, eran semillas de esta exótica(que tendrá de exotica?) verdura congusto a mierda de caballo recién salida del horno.
Odio el zapallito, y toda esta historia pelotuda y delirante, se debe al deseo de poner en evidencia este tema. Nada me excita más que poder decir estas cosas importantes al mundo.
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