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Fotos e instantes, difíciles de olvidar. Este era un perro poco común, diferente a los demás. Tenía la mirada triste como la de casi todos, pero a su tristeza se sumaba el miedo que uno siente cuando; una vez superado el propio miedo, se acerca de nuevo a aquello que le hizo daño.
En este caso, estaba claro que su miedo había sido y eran los humanos. Deambulaba a salvo por su espacio, aislado, se preguntaba si nos acercaríamos demasiado, se escondía y nos volvía a encontrar. A simple vista se podían apreciar cicatrices varias. No hubo manera de regalarle un gesto, un poco de humanidad. No era feliz por vernos allí, tampoco se mostró agresivo. Sentía esquiva curiosidad simplemente.
Lo imaginé en un inmenso campo, atado a un árbol y abandonado, a solas con su tiempo. Más tarde, nos confirmaron que la historia era más o menos así. Lo habían encontrado abandonado, medio muerto de hambre y con numerosas heridas.
No pude acercarme, ni él quiso acercarse. Me regaló un instante, lo tomé. Me pregunté si su dueño tendría alma. Bajé la vista, bajé la cámara, y con la misma indiferencia que nos vio llegar, nos dejó partir.
Y allí quedó junto a aquel árbol, a solas con su tiempo, ajeno a todo...
INFO: Albergue de Bañaderos (Centro de protección de animales)- Telf. [---------]
Carretera General del Norte, 86- Km 7- 35400 (Arucas)
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