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Me paro ante una mujer idealizada en mi intelectualidad y emoción y las plasmo internadas en un mundo fantástico de vegetales mórficos y animales domésticos, con signos de religión de los cuales no puedo y pueden deshacerse , las enfrento a la “realidad” de una mujer que las observa , una mujer , un SER humano y ahí nace el conflicto interno. La imagen es superflua, divertida, amable pero muy estructurada a través de sus líneas negras y agobia con la saturación de color.
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