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Aquel viaje a ninguna parte, lleno de trampas, estrés y desasosiego, quería dárselas de viaje iniciático. A estas alturas de la vida, ¿ iniciar qué ? Los inicios siempre son enigmáticos, sobre todo si está lleno de predicciones de agoreros oráculos con los que los dioses tendían encerronas a los mortales.
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Al dar la rasante del camino, apareció formando parte del paisaje, la seductora esfinge, aparentemente dormida vigilando el cruce de las señales.
Morfeo susurró: la de Edipo tenemos, ojo al personaje y su mala sombra, no te fíes, conduce despacio y obedece sus órdenes; pedirá la documentación, hará preguntas, propondrá enigmas, le gustan los números, recuerda las señales e interpreta bien los signos del viaje .
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - \"EL ENIGMA DE EDIPO\" (viaje onírico-37) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Ámbito ignoto por do el sueño viaja,
por riente paisaje de enigmas lleno,
en raudo móvil sin tocar el freno.
La negra nube tomando ventaja - - -
moviendo el sino cual liviana paja,
presagios anuncia con torvo ceño:
de cartas marcadas que no pintan bueno,
y no es posible cambiar de baraja. - - -
La esfinge brutal propone su enigma.
Los signos del viaje le sirven de ayuda,
llévalos grabados como un estigma: - - -
la vida, el hombre que crece y que muda,
el cambio continuo de paradigma,
descífralo audaz, a la esfinge tetuda.
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