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La naturaleza, es una mujer que canta, plantada para siempre, un canto sin fin.
Comparto unas palabras que escribí para este cuadro: "Qué se levante un gran aplauso por la canción eterna, la que en este baile de vida y muerte, no ha cesado un día desde que fue creada, la canción de la naturaleza se sigue entonando, de día y de noche, regalando un concierto a todos los seres que quieran escuchar, sapos, grillos y hojas que mueve el viento, sonidos de la naturaleza. Cuando un día vi en mi mente a esta mujer, mitad árbol, tocando su flauta, concentrada en su música, escuché también a tantos pájaros, micos, toda esa bulla perfectamente armoniosa que canta la selva, el mar y el monte; tal vez, una ninfa que se escapó de la imaginación de algún poeta griego de antaño, y la mente universal me regaló su imagen, unos cuantos años después de que la historia, llamara mitología, a las antiguas epopeyas, y ahora que ya la he traído al mundo, tenía que darle un nombre, con eso me ayudó Amanda, una planta que tengo de compañera, testigo silencioso del proceso de cada cuadro"
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