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Huecos en medio de la nada, abiertos al mundo. Ventanas que un día lo fueron, desde donde horizontes cosidos a cielos lejanos, acompañabamos silentes el paso de los días. Ventanas que enseñaban, que decián. Ventanas que se adornaban de suaves telas bordadas a mano con sumo primor. Ventanas que, en los frios inviernos, sólo dejaban pasar los rayos de sol; ese sol de los meses de Marzo que invitaban a abrigarse. Ventanas abiertas a la nada, abiertas a todo. Ventanas que lo fueron....
Ventanas de esperas y añoranzas. Ventanas testigos de regresos y bienvenidas. Ventanas de despedidas. Ventanas sobre las que dibujar corazones partidos de amores perdidos.
Ventanas desde donde soñar despierto imaginando ese rostro amado que, el reflejo de la Luna, inventaba para nosotros sobre el cristal.
Ventanas que lo fueron...
El otro día, asomándome por tu hueco dibujado, mundos que fueron tuyos, creí imaginar.