Uno no anuncia que respira o suda, simplemente es algo que forma parte de ti, y así me sucede con la pintura. Nunca lo anuncié pero tampoco lo escondí. Los más allegados lo sabían porque me veían hacerlo, y aquellos no tan cercanos también me han visto, invariablemente en cada reunión larga, llenar de dibujos hojas y hojas de la agenda, cuando no las tarjetas en blanco que casi siempre me acompañan en esas ocasiones y luego quedan vagando en el fondo de las