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Acrílico sobre lienzo. 30x30cm.
El Laberinto de Chartres es un símbolo sagrado, que representa el camino interior hacia el descubrimiento de nuestro centro y la posterior materialización de esta consciencia en el mundo cotidiano.
La rosa simboliza el alma del hombre, el exterior el sendero que lleva a su encuentro y nos devuelve, enriquecidos, al lugar de origen.
Tal como en nuestras vidas, mientras transitamos el laberinto, nos sentimos perdidos. Experimentamos constantes idas y venidas, avances y aparentes retrocesos.
El camino evolutivo es incognoscible, no podemos adivinar por dónde nos llevará el destino. Meditando con esta figura aprendemos a asumir la inexorabilidad de la marcha, a dejarnos llevar por las curvas y recovecos y a confiar eternamente que todas las circunstancias de nuestra vida, si caminamos con fe y buena voluntad, nos llevarán al lugar indicado.
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