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SEGUNDO PREMIO MERLO
KRONOS
Kronos es el Dios del tiempo, hijo de la tierra (gea) y el cielo (urano). Kronos es el hambre devoradora de vida, el deseo insaciable de evolución, una explosión de elementos que se atreven a la libertad. La muerte de Urano permite el Kronos cíclico, el comienzo de la evolución, la historia. La castración del cielo es un mito de creación. Del cielo amputado, sale la espuma de la que nace afrodita y la belleza (la sexualidad y el amor).
En el 2008, la muerte del padre deja un espacio al que Eduardo Livadioti se ocupa de prestar pulso cuando toma los materiales y pinturas de la fábrica metalúrgica paterna, y con todos los valores heredados, a través de una profunda experimentación, renace en un modo nuevo de decir, donde aparece el centro de la composición como foco del discurso del espacio, aún en su vacío o estallido.
La exploración visual no se agota, se multiplica en percepciones donde el vínculo con la obra se reactualiza en el contacto con un nuevo significado. Juego de equilibrio inestable en el intertexto entre color y composición. Las partes se armonizan musicalmente, no se suman, se consuman en contrapuntos sensibles que invaden el espacio de vínculo entre la obra y el observador al tiempo que retrasan el fondo que se dispersa y profundiza aún más. El fondo es eso que aparece ?dejándolo ser?, planos de silencio sin vacío, donde reposan los oscuros, recuerdos viejos, casi olvidados, desde donde se levantan figuras como se levanta un punto de un tejido que hace red y sostiene la composición del todo.
Secuencia de tensiones en el camino del ojo con escala de valoración en las señales y discursos, elección inteligente que evita la dispersión en el mensaje.
El plano de ?lo que no se dice? pero grita desde el fondo en su homogénea heterogeneidad, y la ternura que habla con la voz del pincel o espátula y aparece como la última palabra o la única que importa, caricia que descansa en lo reconocible, disolviendo así todo el sistema de tensiones planteado.
Parafraseando su pintura a términos musicales del jazz, se resuelve la confrontación entre lo gestual rítmico del fondo salvaje y la estructura de equilibrios clásica, en un encuentro siempre improvisado, siempre presente, el alma zapando entre 2 mundos: innovar e identificarse, en el desarrollo sutil y exquisito de un detalle que se elige para sostener en la memoria reproduciéndose al sinlímite.?
Exploración estética de lo emocional, manteniendo la sensibilidad a su belleza. El gran formato permite el despliegue de su niño rebelde, explosión que se controla en el pequeño formato.
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