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Una reliquia del pasado.
El dibujador, recién llegado a la capital encuentra sosiego en dibujar un poco. Los domingos madrileños no madrugan. Nunca lo entenderé bien; pues las mañanas de abril, luminosas, con los cielos recién puestos (y por tanto de un azul angelino), invitan a salir a la calle. El agua del servicio urbano de limpieza, antes de llegar a evaporarse, corre camino del que fue antiguo arroyo de San Pedro (hoy calle de Segovia). Los gorriones - estos sí, madrugadores-, gorjean y ensayan el oficio para el resto del día.
El dibujador se ha sentado sobre un murete culminado en losa de granito. Tras varias horas, cuando ya ha fijado el momento de la mañana en el papel, decide que ya es hora de dejarlo. Entonces se pone en pie, se ahueca el pantalón, se sacude un poco las nalgas (aplastadas y frías) y echa a andar. De pronto nota que está feliz : casi no puede creer que la vida sea tan bella.
A continuación se pierde por las callejas, camino de una conocida chocolatería, donde los periódicos todavía están calientes y los dedos se manchan de tinta al ojearlos.------------------------------------
NOTA : Inútil ir ahora a la Costanilla y esperar encontrarse exactamente esta imagen de hace 25 años. Pues el conjunto, la plaza entera, fueron \"restaurados\" (¡ay!)hace unos años.
Pero la casa sigue estando ahí; donde hace mucho, mucho tiempo ... estuvo la casa del madrileño Ruy González de Clavijo, embajador del rey Enrique III de Castilla ante el Gran Tamerlán (Imperio Mongol), de 1403 a 1406. ¡Diplomacia! Y aquello, ya se sabe, sin GPS, sin vacunas, sin vehículos tracción 4x4, sin ... O sea, \"a pelo\"; que diríamos hoy.-------------------
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NOTA 2. El término \"costanilla\" se empleaba para designar una calle QUE DISCURRÍA AL COSTADO de otra más importante o de un edificio igualmente de importancia mayor. En este caso, esta costanilla discurre un trecho al costado -o a lo largo- de una de las fachadas de la iglesia de San Andrés (cuya restauración por cierto recientemente finalizada -hablo ahora de los años 2000-).
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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