Años de niñez y adolescencia transitando distintos talleres de arte, con el fastidio propio de la juventud, pero cosechando luego las habilidades cultivadas. Un breve paso por Bellas Artes y recordando con placer el perfume del Arte allí disfrutado. Crisis artística y espiritual de diez años sin pintar ni dibujar, para luego resurgir con un estilo más maduro.