DIEGO GEJO Y LA MEMORIA DE LOS DÍAS FELICES
El proceso de enseñanza artística, tal como se ha ido sedimentando en Occidente, no pocas veces supone una castración o, para ser más amable, una poda. El adulto, investido profesor, no sólo se encarga de enseñar técnicas, uso de materiales, historia de la disciplina en cuestión, sino que, además, intenta ?y no pocas veces consigue? ?corregir? la mirada primigenia del niño. ?Este es el color del cielo?, ?los pájaros sólo
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