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Sin golpes
a muñeca,
como el debido lustre.
Añejado lento,
como el buen vino.
Las viseras del animal
calan,
forma y ser.
El tallador, pequeño
avista
vida y espejismo.
La carreta surge del fangal.
El curupay
se oxida,
con el paso majestuoso de su andar.
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